Médicos y científicos se posicionan a favor del cigarrillo electrónico

Cerca de 300 médicos, científicos y sanitarios envían una carta al ministro de Sanidad mostrando su oposición.

SR. D ALFONSO ALONSO
MINISTRO DE SANIDAD, SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD
PASEO DEL PRADO 18
28014 MADRID

Excelentísimo señor ministro:

Nos dirigimos a usted, en calidad de profesionales de la salud y la ciencia y firmantes del manifiesto MOVE (1) (Organización de Médicos en Apoyo del y los ). Este manifiesto ha sido redactado por científicos, médicos y autoridades de salud pública internacional, con una larga trayectoria en la lucha contra el y sin conflicto de intereses.

La finalidad de MOVE es dar a conocer, de manera ética y en base a la evidencia científica, la realidad sobre el como importante herramienta de salud pública, con enorme potencial para salvar vidas. Cerca de 300 profesionales médicos, científicos y autoridades de salud pública de todo el mundo hemos apoyado ésta reciente declaración, con un apoyo creciente día a día. Entre los firmantes, destaca una mayoría de los mismos de nacionalidad española.

Ante las recientes noticias sobre la intención de su Ministerio de equiparar el al tabaco, nos ponemos en contacto con usted, como máxima autoridad en la gestión de la salud pública española, para transmitirle nuestra enorme preocupación frente a dicha propuesta.

Lo que la evidencia médica y científica nos muestra a la hora de plantear la regulación del cigarrillo electrónico se aleja meridianamente de la equiparación con el tabaco; ambos productos son totalmente distintos. De hecho, los cientos de estudios publicados en revistas científicas de reconocido prestigio muestran que, correctamente incentivado y regulado, el cigarrillo electrónico tiene el potencial de convertirse en precisamente todo lo contrario al tabaco: una gran herramienta de lucha contra el mismo que podría salvar millones de vidas.

Sin embargo, y ante la creciente desinformación en los medios de comunicación sobre los beneficios, efectos y riesgos asociados con el uso de estos dispositivos, nos sentimos en la obligación profesional y moral de transmitirle una serie de informaciones que esperamos le lleven a reconsiderar su propuesta de equiparación del cigarrillo electrónico con el tabaco:

No existe combustión: El principal elemento nocivo del tabaco, para usuarios y terceros, es la combustión del mismo y las más de 4000 sustancias químicas presentes en el humo; no la . De hecho, el análisis del de los cigarrillos electrónicos indica que su consumo es de un 95 a un 99% más seguro que fumar cigarrillos de tabaco, en términos de riesgo para la salud a largo plazo (2)

Contienen ingredientes distintos: Los líquidos del cigarrillo electrónico contienen una solución compuesta de Propilenglicol, Glicerol y aromas alimentarios, todos ellos ampliamente utilizados en multitud de productos de consumo humano, incluyendo inhaladores de uso farmacéutico y cuya seguridad lleva décadas demostrada.

La nicotina se incluye en el grado demandado por el consumidor y está ampliamente demostrado que su toxicidad ha sido sobreestimada y que el riesgo de intoxicación letal del consumidor por esta sustancia es prácticamente nulo (3) gradualmente la es uno de los motivos del éxito del e-cigarrillo en la deshabituación del tabaquismo.

No existe la figura del pasivo: el vapor exhalado por los usuarios del e-cigarrillo no es nocivo para los transeúntes. Las concentraciones de nicotina y demás compuestos en este vapor no alcanzan una dosis mínima efectiva para tener efectos farmacológicos en terceras personas según una multitud de estudios públicos y disponibles (4)

No hay “Renormalización” ni “Efecto de puerta de entrada” al tabaquismo: El cigarrillo electrónico no “renormaliza” el acto de fumar, como se ha afirmado en ciertos foros erróneamente y sin evidencias que lo respalden. De hecho, en muchos países, el aumento en el uso de estos dispositivos ha ido acompañado de un descenso continuado en la prevalencia del hábito de fumar, y la población de no fumadores jóvenes se ha mantenido constante, como ha sido demostrado empíricamente en el Reino Unido (5)

Efectividad para : Precisamente por no ser comercializados como productos farmacéuticos, dejando que el mercado desarrolle dispositivos cada vez más variados, eficientes y adaptables a cada tipo de (los llamados “de tercera generación”), varios ensayos demuestran que los cigarrillos electrónicos son de hecho muy eficaces para dejar de fumar. Se ha estimado que las comunidades de usuarios de este tipo de dispositivos avanzados consiguen tasas de abandono total del tabaco de un 81%, mientras que el 19% restante reduce su consumo en un 80% (6)

Reducción del gasto sanitario: Respecto al gasto sanitario, como usted sabe, el tabaquismo le cuesta al sistema sanitario español un 15% de su presupuesto; sin embargo, recientes estudios en Estados Unidos, indican que si se proporcionara la suficiente libertad al mercado, sin desproporcionadas cortapisas para comercializar el producto, los ahorros en sanidad excederían en un 87% al dinero recaudado con los impuestos del tabaco (7)

El tabaco es la mayor causa de mortalidad en el mundo, matando a un ser humano cada seis segundos. En una temprana estimación, por cada millón de personas que pasan de fumar tabaco a utilizar cigarrillos electrónicos, se evitarían 6.000 muertes prematuras al año (8) En España exite ahora mismo 12 millones de fumadores, víctimas susceptibles de enfermar y morir a causa del tabaco. Eso significa que el cigarrillo electrónico, correctamente regulado e incentivado, podría salvar potencialmente 72.000 vidas al año en nuestro país. Equiparar los cigarrillos electrónicos al tabaco es justo lo contrario de regularlo correctamente e incentivar su uso.

Entendemos las obligaciones de su Ministerio a la hora de transponer la Directiva del Tabaco y los preceptos de la misma que se aplican al cigarrillo electrónico. Ahora bien, le pedimos una transposición proporcionada, coherente y responsable dentro de los márgenes que la TPD deja al arbitrio de los Estados Miembros.

Aprovechar la transposición de la TPD, que en ningún caso equipara el cigarrillo electrónico al tabaco, para aplicarle la lapidaria legislación antitabaco al cigarrillo electrónico, supondrá, de facto, el fin del cigarrillo electrónico como herramienta de salud pública en nuestro país y aniquilar el ya reducido mercado todavía existente en España.

Señor Ministro, le rogamos considere la información que le remitimos como el primer paso para una aplicación lógica, justa y equilibrada de la TPD en defensa de la salud pública. Escuche a los cientos de investigadores, médicos, profesionales de la salud y autoridades de salud pública internacional que conocen y apoyan el uso de estos dispositivos y a los miles de usuarios que han conseguido zafarse de las garras del letal tabaco gracias a ellos.

El cigarrillo electrónico tiene el potencial de salvar miles de vidas. De usted depende evitar que una regulación injusta niegue a los españoles los beneficios potenciales de este producto.

Con la esperanza de que considere nuestra preocupación, le rogamos nos reciba a fin de ofrecerle una visión completa de la realidad sobre estos dispositivos, sin más, reciba un cordial saludo.

Atentamente,

Carmen Escrig Llavata,

Doctora en Biología Celular y Genética

Coordinadora Internacional de MOVE

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